El barro de Ticul: Un tesoro de Yucatán
Artesanías de la Península
Sabina del Mar López Badillo 03 de octubre de 2023 Pueblos Mágicos
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El municipio de Ticul, situado en el corazón del estado de Yucatán, es conocido por su rica historia, su vibrante cultura y su belleza natural, pero sobre todo se destaca por su tradición en la producción de artesanías de alfarería.
En esta región, la arcilla natural abunda, gracias a su suelo kankab de tonalidad rojiza, el cual ha influido profundamente en la identidad artesanal de la localidad a lo largo de los años. En Ticul, las fábricas que dan vida a una amplia gama de creaciones mantienen viva esta tradición, utilizando herramientas ancestrales. Incluso el templo colonial más emblemático en esta "Perla del Sur" está construido con piedra natural de la región, cuya composición mineral le otorga un distintivo tono rojo/ocre.
La alfarería en el estado de Yucatán tiene sus raíces en la época precolombina, alrededor del año 1200 a.C. Los artesanos crean sus piezas modelando directamente el barro, una mezcla de agua, barro y una arena especial conocida como "sac-cab" o "tierra blanca". La magia ocurre cuando dan forma a sus creaciones combinando sus habilidades manuales con su creatividad.
El proceso de elaboración implica el uso de un torno o "k'abal", una pequeña tabla rectangular sobre la que se coloca el barro y que se hace girar con los pies para lograr la forma deseada. Tras un período de secado, las piezas se pulen y se colorean antes de someterlas a la cocción en un horno de barro, piedras y leña.
Aunque en sus inicios se fabricaban objetos de uso cotidiano, como recipientes para comer, cocinar o almacenar agua, la alfarería yucateca se ha adaptado con el tiempo. Hoy en día, se producen principalmente objetos decorativos, como maceteros y jarrones.
Ticul se destaca como el epicentro de la producción en alfarería de la región. Su rica tradición artesanal y la creatividad de sus artesanos continúan enriqueciendo la cultura y la herencia de Yucatán, atrayendo a quienes desean llevarse un pedazo de esta rica tradición a sus hogares.